Hablar no es ver II pone en colisión la imagen y el sonido a través del lenguaje. El corte es dado por la palabra; la palabra es la descripción de las imágenes que ve el autor con los ojos cerrados. La categoría gramatical de cada palabra define el plano, siguiendo las ideas sobre el montaje de Deleuze: el nombre -la imagen percepción- corresponde con el plano general, el verbo -la imagen acción-, con el plano medio y el adjetivo -la imagen afección- con el primer plano.

El proyecto sostiene ese planteamiento con rigor lo que, lejos de cerrar la relación entre imagen y texto, la abre, posibilitando un espacio de sombra en el que se confunden la persistencia de los códigos previos con la posibilidad de un sentido en el tránsito entre el lenguaje y las imágenes.

El video se presentó como parte del proyecto: “Habitar el corte, alter/ar la voz”, mostrado en el Centro Cultura de España en México en 2022, dentro de la segunda edición del ciclo de experimentación sonora «Un oído solo no es un ser», comisariado por Llorenç Barber.

El proyecto recorría algunas de las prácticas artísticas desarrolladas por mí durante más de un decenio en relación al habla en cuanto receptora de violencias desviadas. En él rastreaba las violencias ocultas en el habla y me preguntaba por sus irrupciones en la voz, prestando particular atención al corte como motor de procesos de investigación, a la alteridad como desgarro y apertura del decir, y al habla y sus patologías como elementos para la negociación del significado.

Hablar no es ver II, es el segundo proyecto en el que visito las fracturas entre la voz y la imagen. El primero lo constituyeron las esculturas sonoras interactivas «Hablar no es ver», que fueron presentadas  en la galería Max Estrella de abril a  julio de 2023. La obra formó parte de la exposición «El día que el Universo cambió», comisariada por Gregorio Cámara.