Música con pies ni cabeza

Obra para flauta de pico.

La obra, dedicada a Joan Izquierdo y compuesta para la flauta cuadrada diseñada por Herbet Paetzold, se interpreta con los pies. La sección cuadrada de la flauta, así como la disposición de sus llaves, permiten que, boca abajo y con diferentes movimientos de éstos, se puedan abrir y cerrar en distintas combinaciones los agujeros del tubo.

La música se sitúa en el plano de la actividad física: la partitura es una descripción de acciones, no de imágenes o deseos sonoros. El acto primordial de la respiración, la presión e intensidad del soplo determinan la duración de los sonidos en relación directamente proporcional: las notas en ff serán necesariamente breves y las pp, al contrario, se extenderán hasta su máximo posible. Tampoco hay un control exhaustivo sobre las alturas, que vendrán determinadas por la cantidad de aire y también por el movimiento de los pies. La obra se constituye como un verdadero paseo sobre el instrumento que busca desposeer al intérprete de su dominio técnico y hacer ascender el cuerpo como un territorio de conflicto y reflexión.

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