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Espera en el Centre del Carme

Espera / Wait 

Instalación sonora / Sound Installation

(english below)

Espera se mostró por primera vez en 2016, en la Feria de arte emergente JUSTMAD7, en la sección de arte sonoro comisariada por EX, en formato de instalación sonora para cabina individual insonorizada (ver fotos).

Para su exhibición en el Centre del Carme en octubre de 2017, la obra fue rehecha desde el punto de vista material, aunque se conservó el concepto original. En el formato presentado en Valencia, la obra se mostró en cuatro altavoces de 400 vatios (cedidos amablemente por el Departamento de Escultura de la Universidad Politécnica de Valencia), entre los que se espacializaron diez tracks de sonido, mediante un loop de media hora de duración.

Con respecto a la ubicación del sonido en el Centre, se optó por colocar los cuatro altavoces alineados en una de las pandas de su claustro gótico (ver imagen), en concreto en la correspondiente a la entrada al centro cultural. Los altavoces se situaron en el centro de cada uno de los cuatro arcos de la panda, con los conos dirigidos hacia su parte interior, y posicionados en el límite entre el espacio interior y el exterior.

En la adaptación del sonido abstracto al espacio concreto, se buscó producir un movimiento significativo desde el punto de vista físico y simbólico. Que la obra ganara en profundidad y nuevas resonancias al encontrar el espacio, y que el espacio, a su vez, entendido como nudo de relaciones posibles, se desplazara de su centro y pudiera asumir nuevas formas de escucharse y habitarse.

La colocación de la obra en la panda que sirve de entrada y salida del espacio, me permitía interferir un lugar y en un momento crucial, constituyéndose, más allá de su presencia sonora singular, en anuncio y recuerdo de todo lo que sucediera en el centro, pues toda su actividad se desarrollaba más allá y después de ese espacio-tiempo, al que se volvía inevitablemente. Esta ubicación espacio-temporal dotaba a la totalidad de la visita al centro, desde el punto de vista de la experiencia sonora, de una estructura simétrica: un A-B-A según lo podría plantear un análisis formal musical, que no aparecía en la obra en su formato original. De este modo, el lugar y el instante escogidos para la obra nos permitía poner su gesto interno en relación con un “B” profundo, con una alteridad radical que, sin embargo, pasaba a formar parte de la instalación. Esto otorgaba una nueva dimensión a la tensión hacia el afuera que fundaba la propuesta estética de la obra. La posibilidad de que la obra se constituyera en la suspensión del acto perceptivo por la posibilidad de una diferencia, se transformaba ahora en la presencia inevitable de esa diferencia, que la obra solicitaba que se ignorara. Todo lo que sucedía en el interior del espacio, pasaba ahora a ser el afuera de la obra, mientras que la obra misma sugería negar ese interior-del-espacio/externo-a-la-obra a través de la invitación a la espera, a través de la promesa de una alteridad propia apenas pronunciada. Se intervenían entonces los modos en que se relacionaban el espacio, los cuerpos de los visitantes y, por tanto, los vectores de movimiento del centro. Se afectaba el espacio desde el punto de vista de la función arquitectónica, de las dinámicas señalizadas del centro cultural y del flujo concreto del mismo festival.

La invitación al detenimiento de la obra, como disrupción en el movimiento de los visitantes, suponía además un cuestionamiento de la naturaleza y la necesidad de esos desplazamientos. Bajo esta perspectiva, la obra asumía además la ambigüedad estructural del claustro, pensado a la vez como una forma de comunicación entre los diferentes dependencias del monasterio, y como un paseo infinito y cerrado en sí mismo, capaz de favorecer estados contemplativos. En ese sentido, la instalación trataba de ahondar esa contradicción y buscaba convertir la panda del claustro, en cuanto arquitectura de pasaje, en cuanto no-lugar, en el lugar por excelencia de la experiencia estética, en el lugar en el que el movimiento toma partido en la suspensión/detención de lo ordinario. Una experiencia marcada a su vez, como ya hemos dicho, por la vibración implícita de una alteridad latente, por el advenimiento de un afuera que no acaba de llegar, lo que provocaba que el juego de tensiones que se daba entre mismidad y alteridad recorriera transversalmente los diferentes niveles de la instalación.

El hecho de que el sonido se situara en la panda de entrada, a pocos metros del ingreso principal del edificio, también permitió utilizarlo como transición conceptual y sonora entre el dentro y el afuera del mismo Centre del Carme, pues el sonido era percibido nítidamente desde el exterior, adelantando su propuesta y poniéndola en comunicación con los complejos flujos de la calle y de la ciudad.

La colocación de los altavoces dirigidos hacia el interior de la panda y en el límite entre el espacio interno y el externo, me permitía abrir un juego en el que poner de relieve la doble dimensión del claustro, entendido como una articulación entre un espacio interior y otro exterior. Los sonidos de la obra, procedentes de lluvias grabadas tanto en interior como en exterior, conectaban también, desde el espacio interno de la obra, con esa naturaleza doble del claustro. La ubicación del sonido en la frontera entre esos dos espacios señalaba el paso de uno a otro, pues en el movimiento desde la panda hacia el espacio central del claustro, una vez sobrepasada la línea de los altavoces, se producía, además de un descenso significativo de la señal, una transformación radical del sonido, que pasaba de comportarse como una fuente en espacio cerrado a una fuente en campo abierto.

La dirección y la potencia de las fuentes permitía también que el sonido rebotara contra las irregularidades arquitectónicas del claustro y que por tanto fuera filtrado de diferentes formas, añadiendo matices diferenciados, en función de la espacialización, y también del lugar y los movimientos de los visitantes. El efecto era especialmente perceptible en el paseo, pues los sonidos de lluvia de la obra, una especie de ruido blanco filtrado, nos permitían discernir con claridad el filtraje dinámico que se producía cuando se recorría la panda intervenida del claustro. Esta circunstancia se puede apreciar, en el minuto 2:17 del video, en el que la cámara recorre el espacio longitudinalmente.

La instalación no habría sido posible sin la ayuda inestimable de Llorenç Barber, Montserrat Palacios y Miguel Molina, y todo el amable personal del Centre del Carme.

Espera en la sección de arte sonoro de JustMAD7

Texto del video:

“Espera” es una instalación sonora que se pregunta por el tiempo y la percepción en cuanto agentes colaboradores en la constitución de la experiencia estética.

En medio de un sonido infinito, una invitación a la espera escinde al sujeto entre el goce estético del presente y la promesa de una diferencia futura. El tiempo inabarcable y difuso de la espera se propone como un espacio de colisión entre un presente que se vacía de contenido –el acto perceptivo-, y un futuro que, responsable de suministrar el sentido, no llega nunca a ser accesible. La obra es siempre presencia, está siempre ahí, y sin embargo queda permanentemente fuera de alcance.

Espera se mostró por primera vez en 2016, en la Feria de arte emergente JUSTMAD7, en la sección de arte sonoro comisariada por EX, en formato de instalación sonora para cabina individual insonorizada.

En su exhibición en el Centre del Carme en octubre de 2017, la obra se mostró en cuatro altavoces de 400 vatios, entre los que se espacializaron diez tracks de sonido, mediante un loop de media hora de duración.

Los altavoces se colocaron alineados en una de las pandas del claustro gótico, en concreto en la correspondiente a la entrada al centro cultural. Se situaron en el centro de cada uno de los cuatro arcos de la panda, con los conos dirigidos hacia su parte interior, y posicionados en el límite entre el espacio interior y el exterior.

En la adaptación del sonido abstracto al espacio concreto, se buscó producir un movimiento significativo desde el punto de vista físico y simbólico. Que la obra ganara en profundidad y nuevas resonancias al encontrar el espacio, y que el espacio, a su vez, entendido como nudo de relaciones posibles, se desplazara de su centro y pudiera asumir nuevas formas de escucharse y habitarse.


Video text:

«Wait» is a sound installation that explores time and perception as collaborating agents in the constitution of the aesthetic experience. An infinite sound, containing an invitation to wait, splits the subject between the aesthetic enjoyment of the present and the promise of a future novelty/difference. This vast and uncertain waiting time appears as the colliding of a present devoid of content –the act of perception– and a future that, responsible for providing meaning, remains always out of reach/ and an unattainable future, responsible for providing meaning The work is always there, constantly present, and yet it remains permanently out of reach.

«Wait» was exhibited for the first time in 2016, at the Emerging Art Fair JUSTMAD7, in the sound art section curated by EX, as a sound installation in the form of individual soundproof cubicles (see photos).

For its exhibition at the Center del Carme in October 2017, the material implementation of the work was revised, whilst keeping the original concept. In this new format, the work was shown in four 400-watt speakers, amongst which ten half-hour loop sound tracks were spatialized.

The four speakers were placed in line on one of the covered passages of the Gothic cloister, specifically in the one corresponding to the entrance to the cultural centre. The loudspeakers were placed at the center of each one of the passage’s four arches, with the cones pointing inwards, and positioned in the boundary between the indoor space and the outside.

In the adaptation of abstract sound to a concrete physical location, a significant movement from the physical and symbolic point of view was sought: the work should thus gain in depth and new resonances in its intersection with space, and the spatial location, in turn, understood as a node of possible relationships, should transform to accommodate new ways of listening and inhabiting.

Espera / Wait  Instalación sonora de: / Sound Installation by:

Arturo Moya Villén


2-VALENCIANO HORIZONTAL

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Espera en el Centre del Carme, Valencia. Instalación sonora de Arturo Moya Villén

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